Los yaganes
Los Yagánes habitaban originalmente en el sector de los canales y costas sudoccidentales de Tierra del Fuego, entre el canal Beagle y el Cabo de Hornos, recorriendo en sus desplazamientos otros distritos al occidente del canal Murray, comprendiendo la isla Hoste y las islas que se encuentran a la entrada del canal Cockburn, así como hacia el este de Navarino, al conjunto de islas que enfrenta el Atlántico, y hacia el sur, el archipiélago del Cabo de Hornos. Hacia fines del siglo XX, habitan en Villa Ukika - Puerto Williams -, y en diversos puntos del país, incluida la zona central.
Características políticas : Los yaganes formaban grupos o bandas los cuales no tenían un jefe a cargo.
Características económicas : Para cazar mamíferos empleaban grandes arpones los cuales eran carne del lobo marino, nutria y carne de ballena. Además consumían una gran variedad de especies marinas, entre las que destacan las cholgas, erizos, centollas y diversos peces. Cuando acampaban, consumían complementariamente carne de guanaco y aves, así como hongos, bayas y huevos, también se alimentaban de pingüinos al spiedo (espetados sobre un fogón haciéndoles girar para que perdieran parte de su grasa la cual podía ser utilizada para cubrir la piel o como linimento). No eran agricultores. Rastros de sus sitios más frecuentados de alimentación son los Kokkenmodding que se observan en las costas de los territorios que habitaron.
Características sociales : Durante el invierno buscaban refugio en las costas donde armaban sus chozas. La base era la familia, dirigidos por el padre y con roles asignados a cada integrante. Estos grupos familiares coexistían e interactuaban constituyendo partidas de caza no muy numerosas, facilitándose de esta forma el desplazamiento por los canales y el abastecimiento de alimentos.
Características culturales : En general las costumbres de los yaganes no se diferenciaban de la kawesqar. Corresponde a la continuidad cultural de los pueblos cazadores recolectores de ambientación marina. Los hombres de la etnia yamana poseían un muy buen desarrollo del pecho y las espaldas, en contraste con las piernas que parecían delgadas. Esto se debía a la poca costumbre de caminar y más bien a la situación de estar de cuclillas dentro de la canoa. Al contrario del buen desarrollo torácico se debía entonces, al ejercicio del remo y el arpón su principal arma.
Estos yamanas se aventuraban en muy contadas ocasiones hacia el interior de la tierra del fuego, centrando más bien todas sus actividades en las orillas de la costa o hacia el interior de los canales. Esto porque tenían temor de encontrarse con los Selk’nam u onas, a los cuales temían. Además la Tierra del Fuego en esas latitudes se presenta en general poco atractiva en su interior: montañas nevadas y terrenos bajos y pantanosos.
Por lo tanto, su modo de vida era marino; su alimentación consistía fundamentalmente de moluscos y peces. Sumado a esto, se agrega su capacidad de buenos recolectores de huevos, alimento muy abundante en la época de postura. Para ello, muchas veces debían escalar.
algunas palabras yaganes:
Sol: Leum
Luna: Anoka
Noche: Makar
Día: Maola
Hombre: Ua
Mujer: Kipa
Uno : Kavuéli
Dos : Amaka
Tres : Maten
Cuatro : Kargá
Cinco : Kup'asprá
Erizo: Ákis
Canoa: ánan
Ola: chíli
Zorro: chelaé
Un, uno: ekóle
Gordo: taflá
Las cuerdas que ocupaban para escalar las fabricaban con pieles de foca llamadas “mun “, que se preparaban cortando las pieles en tiras largas.
Sus armas y utensilios eran varios tipos de arpones, el arco y la flecha.
Su vivienda es una construcción de tipo choza que se configura a base de maderos que se entierran en el suelo en uno de sus extremos, produciendo una curvatura hacia el otro extremo de similar construcción y uniendo con tiras de cuero o de vegetal a ambos extremos. Así se logra fabricar un entramado y sobre él colocar sus ramas. Todo ello recubierto con cueros de foca que impedían la entrada de agua. La forma de esta vivienda era de tipo cupular con un orificio en su parte superior por donde se expelía el humo que ardía en su interior.
los yaganes se recubrían el cuerpo con pintura de diversos colores especialmente tono rojo ocre. A esta pintura corporal se agregaban collares de conchas marinas y de huesos delgados, especialmente de aves, los cuales en pequeños trozos eran unidos por medio de un cordel. Especialmente las mujeres utilizaban estos collares, agregando además una cinta confeccionada de nervios de animales, que se colocaban en uno de sus tobillos. Los yamanas se pintaban cuando salían de cacería, para reflejar estados de ánimo a situaciones concretas, la muerte de familiares o la alegría por su buena captura, el encuentro con amigos o familiares eran representados en su expresión exterior por la pintura en su rostro. Plumas de ganso silvestre (caiquén) o de cisne” que poseían un plumaje blanco servían de ornamentación para confeccionar especies de coronas de plumas que se colocaban sobre la cabeza.
El habitante fueguino era capaz de producir el fuego por un procedimiento especial. Este consistía en golpear fuerte y rápidamente dos piedras, la chispa que ello producía caía sobre plumas muy finas de pato vapor o quetru (Tachyeres patagonicus) y de musgo seco, obteniéndose así la llama. No cualquier piedra permitía esta operación, sino que ella era posible utilizando una roca de cuarzo piritoso que la obtenía en la isla Clarence.
Generalmente al fallecer un individuo, su cadáver era sepultado en una fosa, que previamente era excavada con ayuda de palos aguzados. El cadáver era envuelto en cueros y llevado hasta la fosa y depositado en su interior, para ser cubierto con tierra, ramaje y, sobre todo, piedras para impedir que los zorros y los perros excavaran y llegaran hasta el cuerpo.
Cuando el fallecimiento ocurre en el mar, los sobrevivientes se pintan en el rostro dos líneas onduladas negras y dos líneas blancas alternadas. Algunos hombres se pintan con rayas rojas el rostro y las mujeres con una transversal con manchas blancas, para expresar su luto.
Integrantes:
Paula Amestica
María José Huerta